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SILENT NIGHT
You can’t go back. This world of cops and robbers and foreign kids without papers is too powerful for you. Powerful means it’s comfortable, a featherweight world, practically empty, from which you wouldn’t be able to remove yourself. In exchange, you’d get back your native land, a kind of native land, and the right to have a girl smile at you again. A girl standing in the door to your room, the maid who’s come to make your bed. I stopped at the word “bed” and closed the notebook. All I had the strength to do was turn out the light and fall into “bed.” Immediately I began to dream about a window with a heavy wooden frame, like the ones in children’s books’ illustrations. I shoved the window with my shoulder and it opened. The noise of having it open woke me up. Outside there was no one. A silent night in the blocks of bungalows. The policeman had shown his badge, trying not to stutter. Car with a Madrid license plate. The man next to the driver was wearing a T-shirt with the Barcelona colors, horizontal stripes. A sailor’s tattoo on his left arm. Behind them gleamed a mass of fog and sleep. But the cop stuttered and I smiled. You c-c-can’t g-g-go b-b-back. “Go back.”
MONTY ALEXANDER
Así es como es, dijo, una ligera sensación de fracaso se va acentuando y el cuerpo se acostumbra a eso. No puedes evitar el vacío de la misma manera que no puedes evitar cruzar calles si vives en la ciudad, con el agravante de que a veces la calle es interminablemente ancha, los edificios parecen bodegas de películas de gángsters y algunos tipos escogen las peores horas para pensar en sus madres. «Gángsters» corresponde a «madres». Nadie pensó en el jorobadito en la hora azul. Así es como es, el nombre de una pieza de Monty Alexander, grabada a principios de los sesenta en un local de Los Ángeles. Tal vez «bodegas» esté junto a «madres», en las sobreimposiciones es dable un amplio margen de error. Todo pensamiento es registrado en la senda de bosque que el extranjero recorrió. Si lo miraras desde arriba tendrías la impresión de una hormiga solitaria. Impulso de desconfianza: siempre hay otra hormiga que la cámara olvida. En todo poema falta un personaje que acecha al lector. «Bodegas», «gángsters», «madres», «para siempre». Tenía la voz dura, dijo, timbre sólido como derrumbe de pesadora de vacas o fardos con forraje de vacas en una piscina. Todo lo decía con doble sentido, algunas frases eran verdaderos jeroglíficos que nadie se daba el trabajo de descifrar. Ray Brown al bajo, Milt Jackson al vibráfono y otros dos más al saxo y a la batería. El propio Monty Alexander tocó el piano. ¿Manne Hole? ¿1961? La última imagen que el tipo vio fue una playa a las nueve de la noche. En julio atardecía muy tarde, a las 21.30 aún estaba claro. Grupo de camareros alejándose del ojo. (Pero el ojo piensa en «bodegas», no en «camareros».) El viento levanta suaves cortinas de arena. Desde aquí parece que intentaran regresar.
MONTY ALEXANDER
That’s the way it is, he said, a slight sense of failure that keeps growing stronger and the body gets used to it. You can’t escape the void, just as you can’t help crossing streets if you live in a city, with the added annoyance that sometimes the street is endlessly wide, the buildings look like warehouses out of gangster movies, and some people choose the worst moments to think about their mothers. “Gangsters” equals “mothers.” At the golden hour, no one remembered the hunchback. That’s the Way It Is, the name of a piece by Monty Alexander recorded in the early 1960s at an L.A. club. Maybe “warehouses” equals “mothers,” a wide margin of error is permissible when you’re dealing with superimpositions. All thought is registered on the path through the woods along which the foreigner walked. If you saw him from above you’d think he was a solitary ant. Flash of doubt: there’s always another ant that the camera doesn’t see. What poems lack is characters who lie in wait for the reader. “Warehouses,” “gangsters,” “mothers,” “forever.” His voice was hard, he said, solid in timbre like the collapse of a cattle hoist or hay bales in a cattle pond. Everything he said had a double meaning, some sentences were real riddles that no one bothered to decipher. Ray Brown on bass, Milt Jackson on vibraphone, and two others on sax and drums. Monty Alexander himself played piano. Manne-Hole? 1961? The last thing he saw was a beach at nine o’clock. In July it got dark very late, at 9:30 it was still light out. Group of waiters moving away from the eye. (But the eye envisions “warehouses,” not “waiters.”) The wind lifts soft curtains of sand. From here, it looks like they’ll try to come back.
AUTOMÓVILES VACÍOS
Muchacha desconocida que camina por barrios obreros de Barcelona. Despertó sobresaltado. ¿Una muchacha de padres españoles, nacida en Francia? La playa se extiende en línea recta hasta tocar el otro pueblo. Abrió la ventana, estaba nublado pero hacía calor. Regresó al baño. Los ojos de ella miraban con curiosidad las hileras de edificios de departamentos que se extendían hasta el fin de la avenida. Todo esto es paranoia, pensó, la muchacha tiene 18 años pero no existe, nació en una ciudad industrial de Francia y se llama Rosario o María Dolores, pero no puede existir puesto que aún estoy aquí. ¿Una broma pesada de las cámaras?, ¿el tipo de control está dormido? Miró el reloj, al volver a la ventana encendió un cigarrillo. Miró por los visillos: abajo los muchachos dormitaban entre las sombras. Siluetas intermitentes, sonido de voces apenas audibles. Observó la luna que aparecía sobre el edificio de enfrente. Desde la calle llegaron las palabras «barco», «olimpia», «restaurante». La muchacha se sentó en la terraza de un «restaurante» y pidió un vaso de vino blanco. Encima de la cabeza de la muchacha estaba la lona verde y un poco más arriba el verano. Así como encima del edificio sobresalía la luna y ella la miraba pensando en los motociclistas y en el nombre del mes: julio. Nacida en Francia de padres españoles, pelo rubio, absolutamente más allá del restaurante y de las palabras con que tratan de distraerla. «Desperté pues tu silueta se confundía con las sombras del dormitorio» . . . «Una explosión muy fuerte» . . . «Quedé sordo por el resto del día» . . . Soñó automóviles vacíos en los solares de un supermercado abandonado. Ya no hay pueblo ni barrios obreros para este actor. 18 años, muy lejos. Regresa al baño. Muchacha kaputt.
EMPTY CARS
Nameless girl wandering the working-class neighborhoods of Barcelona. He woke with a start. A girl born in France, to Spanish parents? The beach stretches in a straight line until it reaches another town. She opened the window, it was overcast but hot. She went back into the bathroom. She looked curiously at the rows of apartments buildings lining the street. All of this is paranoia, she thought, the girl is 18 but she doesn’t exist, she was born in an industrial city of France and her name is Rosario or María Dolores, but she can’t exist because I’m still here. A tiresome camera trick? the guard is asleep? She looked at her watch. Returning to the window, she lit a cigarette. She looked through the curtains: below the boys dozed amid the shadows. Intermittent forms, the sound of barely audible voices. She stared at the moon that appeared over the building across the street. From the street came the words “ship,” “Olympia,” “restaurant.” The girl sat on the terrace of a “restaurant” and asked for a glass of white wine. Over the girl’s head was the green awning, and, above that, the summer. Like the moon peeping over the building and her gazing at it, thinking about the motorcyclists and the name of the month: July. Born in France to Spanish parents, blond hair, very far away from the restaurant and the words with which they try to distract her. “I woke up because you were lost in the shadows of the bedroom” . . . “A powerful explosion” . . . “I was deaf for the rest of the day” . . . She dreamed of empty cars in the lots of an abandoned supermarket. There is no more town or working-class neighborhoods for this actor. 18 years old, so far away. She goes back into the bath
room. Girl kaput.
LOS ELEMENTOS
Cine entre los pinos del camping de Mar, los espectadores miran la pantalla y con las manos espantan los mosquitos. Rostro amarillo surge de improviso entre las rocas y pregunta ¿a ti también te persigue Colan Yar? (Rostro amarillo cruzado de anchas cicatrices oscuras, árboles quemados, sillas blancas de plástico duro abandonadas frente a los bungalows, una bicicleta en medio de la maleza.) Colan Yar, por supuesto, y placas iluminadas tenuemente por la luz de la luna. Abandoné el puesto, con pasos lentos me dirigí al restaurante aún abierto a esas horas de la noche. «Colan Yar detrás de mí, justo detrás de mí», escuché que decían a mis espaldas. Al volverme no vi más que siluetas de árboles y tiendas oscuras. En el cine uno de los actores dijo «nos persigue un volcán». Otro personaje, una mujer, en determinado momento afirma: «es difícil llegar a ser mayor del Ejército Inglés». Perseguidos por los Nagas, guerreros diabólicos con cascos de cuero negro; adoradores del volcán, tal vez sacerdotes y no guerreros; en todo caso, eliminados pronto. La actriz: estoy cansada de luchar contra estos seres horribles. Un actor le responde: ¿quieres que te lleve en brazos hasta el avión? Cinco figuras corriendo a través de un valle en llamas. Un rompehielos de la Armada los espera a las 20.30 horas, ni un minuto más. El capitán: «si seguimos aquí después no podremos salir». El capitán tiene el pelo completamente cano y lleva uniforme azul de invierno. Modula con lentitud: «no podremos salir». Aparté la mirada de la pantalla. A lo lejos las luces de las pistas de tenis se asemejaban a un aeródromo clandestino. Desde allí el que huye de Colan Yar escribe una carta sentado en una banca al aire libre. Aeródromo clandestino. Espejos. Otros elementos.
THE ELEMENTS
Movies under the pines at the de Mar campground, the spectators watch the screen and slap at mosquitoes. Yellow face suddenly appears among the rocks and asks: are you, too, being chased by Colan Yar? (Yellow face crisscrossed with broad dark scars, burned trees, hard white plastic chairs left in front of the bungalows, a bicycle in the weeds.) Colan Yar, of course, and plaques faintly lit by the moon. I left my post, with slow steps I headed to the restaurant, which was still open at this late hour. “Colan Yar after me, right on my heels,” I heard people saying behind my back. When I turned all I could see were the shapes of trees and dark tents. In the movie one of the actors said “we’re being chased by a volcano.” Another character, a woman, at a particular moment declares: “it’s no easy thing to become a major in the English army.” Chased by the Nagas, diabolical warriors in black leather helmets; worshippers of the volcano, maybe priests, not warriors; in any case, soon wiped out. The actress: I’m tired of fighting these awful creatures. An actor says: Do you want me to carry you to the plane? Five figures running through a valley in flames. An Armada icebreaker waiting for them at 20:30 hours, not a minute later. The captain: “If we stay, we won’t be able to get out later.” The captain’s hair is completely white and he’s wearing a blue winter uniform. He enunciates slowly: “We won’t be able to get out.” I glanced away from the screen. From the distance the tennis court lights made it look like a secret airfield. Back there, the person fleeing Colan Yar writes a letter sitting on a bench outside. Secret airfield. Mirrors. Other elements.
NAGAS
¿Cine entre los árboles? El operador duerme la siesta en el patio de gravilla de su bungalow. La muchacha desconocida desapareció tan suavemente como la primera vez que la vi. Avancé sin temor, mis huellas quedaron marcadas levemente en el polvo, en línea recta de mi bungalow a los baños. Eran las doce de la noche y vi coches policiales detenidos en la carretera. Dejé sin contestar la última carta de Mara. La muchacha caminó de regreso a su tienda y nadie pudo asegurar si realmente había estado en los lavaderos alguna vez. «No puedo escribir nada más» . . . «Sólo queda una niña pequeña, diez años, que me saluda cada vez que nos encontramos» . . . «Se sentaba sola en la terraza del bar, junto a la pista de baile, y era difícil encontrarla» . . . En la pantalla aparecen los Nagas. Espectadores rodeados de mosquitos a las 12 de la noche; miré a la derecha: luces lejanas de una cancha de tenis nocturna. Tuve deseos de dormirme allí mismo. Éstos son los elementos: «impasibilidad», «perseverancia», «pelo rubio». A la mañana siguiente ya no estaba en su tienda. Por las carreteras europeas condenadas a la muerte se desliza el automóvil de sus padres, ¿hacia Francia?, ¿Suiza? . . . El tipo miró para arriba con gesto cansado, luna creciente, copas de pinos recortadas contra el cielo, ruido de sirenas a lo lejos. Pero aquí estoy seguro, dijo, el que venía a matarme no me reconoció y se ha ido. Escena en blanco y negro de hombre que se adentra en el bosque después de la sesión de cine. Últimas imágenes de adultos durmiendo la siesta mientras un automóvil desconocido rueda al encuentro de una luminosidad mayor. «Deseo que te amen y que no conozcas la muerte.»
NAGAS
Movies in the woods? The projectionist naps on the gravel yard of his bungalow. The nameless girl disappeared as smoothly as the first time I saw her. I walked forward unafraid, leaving faint footprints in the dust, a straight line from my bungalow to the bathrooms. It was twelve at night and I saw police cars pulled over on the highway. I didn’t answer Mara’s last letter. The girl walked back to her tent and no one could say if she’d ever actually been in the washroom. “I’ve written all I can” . . . “A ten-year-old girl is the only one left, she waves to me whenever we meet” . . . “She sat alone on the terrace of the bar, next to the dance floor, and she was hard to find” . . . On the screen, the Nagas appear. Spectators surrounded by mosquitoes at 12 p.m.; I glanced to the right: distant lights of a nocturnal tennis court. I felt like falling asleep right there. These are the elements: “impassivity,” “perseverance,” “blond hair.” The next morning she was no longer in her tent. Along the death-doomed European highways her parents’ car glides. On the way to France? Switzerland? . . . He looked upward wearily: waxing moon, the crowns of pine trees silhouetted against the sky, the noise of sirens in the distance. But I’m safe here, he said, the killer didn’t recognize me and he’s gone. Black-and-white scene of a man who heads into the woods after the screening. Final images of adults napping as a strange car moves to encounter a greater brightness. “I hope they’ll love you and you won’t be faced with death.”
POST SCRIPTUM
De lo perdido, de lo irremediablemente perdido, sólo deseo recuperar la disponibilidad cotidiana de mi escritura, líneas capaces de cogerme del pelo y levantarme cuando mi cuerpo ya no quiera aguantar más. (Significativo, dijo el extranjero.) A lo humano y a lo divino. Como esos versos de Leopardi que Daniel Biga recitaba en un puente nórdico para armarse de coraje, así sea mi escritura.
POSTSCRIPT
Of what is lost, irretrievably lost, all I wish to recover is the daily availability of my writing, lines capable of grasping me by the hair and lifting me up when I’m at the end of my strength. (Significant, said the foreigner.) Odes to the human and the divine. Let my writing be like the verses by Leopardi that Daniel Biga recited on a Nordic bridge to gird himself with courage.
ICEBERG
ICEBERG
APUNTES DE UNA CASTRACIÓN
E pus ma dona m’estranha
PEIRE VIDAL
Para Fernando X la aventura había comenzado fue como despertar pozo salvaje
Mis sueños dijo son apenas había comenzado no sabía si estaba dormido
Fui sujeto de manos y piernas y la cuchilla como mi espejo
cortó allá abajo
En el sueño abajo late como pozo si es de noche ya no puedo
temer soy libre
Y del espejo surgió mi pozo para Fernando X las palabras le cortaron
Sentí el
corte y me cagué cogí mis huevos y en el espejo la palabra parecía viva
No sé si soñaba fue como un sueño los vecinos salieron del espejo
Sujeto fui por los cuatro extremos y mis gritos cercaron la
palabra
Ahora te lo puedo contar soy la Historia ese latido anula a mi muchacha
Ya no eyacula semen Fernando X sino liquor prostático y su
hombría resplandece
Dijo mi hombría resplandece porque está atardeciendo y soy la Historia
Un Fernando acorazado que hunde su mano en él y anula a su muchacha
Cercado por palabras los vi salir del espejo eran delgados como espermatozoides
Me reí como mi pozo quiso decir algo había comenzado la técnica nueva